Se trata de Sa Calobra, una pequeña cala ubicada en la sierra de Tramontana, que es destino de miles de viajeros que se dirigen al lugar cuando el verano se cierne sobre la isla, ya que sus aguas limpias, tranquilas y cristalinas son el lugar perfecto para un chapuzón en los calurosos días de verano
La cala de Sa Calobra es en realidad la desembocadura del torrente de Pareis, un torrente que se extiende por casi tres kilómetros de longitud a través de la sierra, destino de multitud de excursionistas y turistas. El final del torrente se encuentra protegido por dos enormes acantilados de más de 200 metros de alto, que se abren para dar paso a la playa de Sa Calobra, caracterizada por la profundidad de sus aguas y sus numerosas piedras